Aunque vos raramente has enhebrado
-Perezosa y mental- de acero el ojo,
Aun así, diariamente y con enojo,
Mi acerico dejás atravesado.
Yo no sé si se trata de un porfiado
Caprichito, de algún hastiado antojo;
Pero de tus fruncidos labios rojos
Los dardos van directo a mi costado.
Si la piel fuera paño, nula huella
La aguja dejaría, y el relleno
Si estopa o algodón, igual de bueno;
Mas de espíritu y carne, sangre y pella
Mi acerico fue creado, y aunque pleno,
-Perezosa y mental- de acero el ojo,
Aun así, diariamente y con enojo,
Mi acerico dejás atravesado.
Yo no sé si se trata de un porfiado
Caprichito, de algún hastiado antojo;
Pero de tus fruncidos labios rojos
Los dardos van directo a mi costado.
Si la piel fuera paño, nula huella
La aguja dejaría, y el relleno
Si estopa o algodón, igual de bueno;
Mas de espíritu y carne, sangre y pella
Mi acerico fue creado, y aunque pleno,
Así lo vas llenando de veneno.
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