lunes, 23 de junio de 2008

Algunas de mis razones para madrugar


Descubre el ojo el párpado dormido
-La noche todavía con su oscuro
Telón cubre la tierra- por el duro
Repique del reloj. Con un vagido,

Cual feto que de un pujo es despedido
Al mundo con un solo don seguro,
La muerte, me levanto y aseguro
Que el astro ya me halle amanecido.

Que cortas son las horas de la vida
Y humana la misión de dar sentido
Al cósmico y absurdo melodrama;

Y que si no trabajo no hay comida,
Que el tiempo de los sueños se ha perdido,
Que no hay abrazos dentro de mi cama.

3 comentarios:

Diego C. dijo...

ah... lo del don que es la muerte,
triste paisaje el de este poema

.
hay un poeta rosarino que se llama héctor piccoli, no quiero ser el de la humedad en el pozo, lo descubrí hace unos días,es un duro de las formas, me parece que te va a gustar, no sé mucho, escribe con una dureza formal que mete miedo,
tiene en internet un sitio que cuenta los versos endecasílabos y te los somete a análisis (de cantidad y órden)
.

TiTo A. dijo...

Gracias por el aviso, Diego, veré de entrar a su blog

Quiero comentar a los lectores de mis sonetos que éstos forman parte de un experimento que estoy llevando, quiero ver si lo del retrato de Dorian Gray funciona poniendo mis sentimientos más oscuros en una forma travestida; la elaboración formal es como una transmutación alquímica de la dureza de la emoción, y -espero- sirve tanto para objetivar el dolor y sacarlo pafuera como para ver si cada tanto escribo algo que esté más o menos bueno. Ustedes dirán.
Acabo de estar dos días de 24 horas escribiendo para la facultad, así que mi incoherencia hoy es aún mayor qu de costumbre. Sepan disculpar.

Alejandra dijo...

Llegué por casualidad o por esas cosas de la vida, leí y me encantó.
Escribir el dolor sana, siempre.
Que estés bien.